El tratamiento periodontal consiste en…
- Fase Higiénica: En esta primera fase del tratamiento periodontal se limpiarán los espacios entre diente y encía con un Raspado, Alisado y Pulido de las superficies radiculares (RAP). Esta fase es conocida por los pacientes como “Curetajes” , ya que para ello se utilizan unos instrumentos llamados curetas.
- Fase quirúrgica: En esta segunda fase, no siempre necesaria, se tratarán las bolsas periodontales profundas cuando se traten de periodontitis en las que ya se ha producido destrucción ósea severa.
- Fase de mantenimiento: Son tratamientos de mantenimiento que permiten controlar la enfermedad a largo plazo. La frecuencia de estos tratamientos se evalúa de forma individualizada para cada paciente, pero solemos realizarla cada 4 o 6 meses.
Importancia de las revisiones y mantenimientos
Una vez los pacientes entienden el origen de estas afectaciones bucales es cuando comienzan a concienciarse de la importancia de los controles posteriores a la primera fase del tratamiento.
¿ Qué puede pasar si no tratamos las encías?
Las consecuencias de no tratar las gingivitis y periodontitis pueden agruparse en locales o generales:
- A nivel local podemos padecer: pérdida de dientes en nuestra cavidad bucal, lo que implica un efecto directo sobre la función estética y masticatoria que se traduce en una inseguridad e insatisfacción del paciente a nivel social y malas digestiones por insuficiencia masticatoria.
Además de esto, los pacientes que padecen estas enfermedades no tratadas suelen padecer mal aliento, retracción gingival ( con la consecuente exposición visual de las raíces dentales) , movilidad de los dientes, así como sangrado y molestias en las encías. A nivel sistémico la presencia y persistencia de bacterias en las encías puede hacer que estas bacterias pasan al sistema sanguíneo de nuestro cuerpo y puedan anidar en otros lugares de nuestro organismo reando focos infecciosos con gran repercusión como son a nivel cardiovascular, riesgo de parto prematuro, descompensar diabetes, etc.
¿Sospecha que sus encías no están bien?
Si sangra espontáneamente o con el cepillado, si tiene mal sabor o mal olor de boca es que sus encías no están bien.
Si además hay enrojecimiento y recesión de encía, sensibilidad, nota que los dientes han cambiado de posición e incluso se mueven, son síntomas para que vengas a visitarnos.
En clínica Lázaro valoraremos su salud periodontal y planificaremos el tratamiento más adecuado.
Contacta con nosotros para poder realizar una primera visita y poder valorar su caso.
¿ Son contagiosas las enfermedades de las encías?
Las enfermedades de las encías están producidas por bacterias patógenas.
Aunque por ahora no es posible demostrar que la enfermedad periodontal sea contagiosa, las bacterias parecen ser transmitibles entre humanos , pero a pesar de la frecuencia de contacto a través de la saliva (besos, utilizar mismas cucharas, vasos, etc) el número de microorganismo transmitidos es bajo.
En clínica Lázaro creemos que para que los microorganismos patógenos crezcan y superen en número a las bacterias no patógenas de la microflora residente habitual de nuestra cavidad oral, debe darse un cambio importante ambiental que favorezca este suceso, como son situaciones de malas condiciones de higiene bucal, aumento de tabaquismo o trastornos de alimentación que se pueden dar en algunos casos.
Existen evidencias de transmisión entre familiares de patógenos o bacterias periodontales. Pueden darse 2 tipos:
- Transmisión vertical: de padres a hijos.
- Transmisión horizontal: de esposo a esposa y/o viceversa.
Es notable hacer constar que para que esta transmisión ocurra, debe haber frecuencia de contactos a través de la saliva (besos sobretodo) esto ocurre con parejas estables (no esporádicas) y en familia.
En clínica Lázaro realizamos un protocolo diagnóstico en el que a través de pruebas de análisis microbiológico valoramos si ha habido transmisión horizontal y/o vertical entre los miembros de la familia.
También hacemos pruebas genéticas (gen de la interleuquina) para valorar la predisposición genética a padecer enfermedades de las encías dentro del entorno familiar.